"El lector puede ser considerado el personaje principal de la novela, en igualdad con el autor; sin él no se hace nada." Elsa Triolet

CALVINA


A pesar de que el Sopa no se había presentado a la cita, Lucrecio el Rata estaba dispuesto a entrar en aquel enorme caserón a robar, ya que esa era su profesión.
Pero una vez que está dentro de la casa las cosas empiezan a complicársele.
Y es que en el interior parece que le está esperando un niño de aspecto bastante raro y que además lo sabe todo sobre él.
Tan raro que no se sabe si es un niño vestido de niña o una niña vestida de niño.
Poco a poco el Rata descubre que ha caído en una trampa del niño/niña que busca desesperadamente un padre. O quizás lo que busque sea una madre. El Rata se hace un lío, porque dentro de la casa nada es lo que parece: los muertos están vivos (o quizás es que no están muertos del todo), los locos no están locos (o al menos no locos del todo), hasta Loki, el perro, no se sabe si es un perro-lobo o un lobo-perro.
En fin, todo un lío para que tú te atrevas a desliarlo.


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